Visita al odontopediatra, un compromiso con los niños

La salud oral ha avanzado notoriamente, tanto que la visita al odontólogo dejó de ser la tortura de otros tiempos para dar paso a un examen rutinario y hasta didáctico, pues los chicos desde temprana edad aprenden a cuidarse.

La prevención tomó en este caso un lugar relevante, lo cual está formando una generación cada vez más saludable, esta formación se inicia con los padres, como un compromiso ineludible hacia sus pequeños.

Con los avances en esta materia, el niño no debe acudir al odontólogo a tratar un problema, pues todo se puede prevenir desde los primeros meses de vida, aún cuando no han salido los dientes y el niño adquiere la costumbre sin miedo alguno.

Cuándo se debe empezar

La idea es llevar a estos niños a una edad adulta con buena salud oral, piezas completas y sin resinas, y mejor aún, sin problemas que pueden sobrevenir de las extracciones y maloclusiones que se pudieron evitar.

Los controles orales deben ser tan seguidos como los que se realizan con el pediatra, profesional que también hace las respectivas remisiones cuando lo considera pertinente, o sólo para que le practiquen al niño lo básico, profilaxis y fluorización.

La primera cita con odontopediatría debe ser fijada de los tres a los seis meses de nacido. Si bien el bebé aún no tiene dientes, la educación va dirigida a los padres, pues su alimentación a base de leche requiere limpieza diaria con una gasa y agua.

Con la salida del primer diente, este aseo en la boca del niño requiere de un cepillo y sólo agua. Con la llegada de más piezas, se busca una crema dental especial sin flúor, que hará la limpieza de la mejor manera y sin riesgos.

Con esta rutina y una visita al odontopediatra cada seis meses, es muy seguro que este niño logre una salud oral adecuada y cualquier problema pueda ser prevenido o solucionado a tiempo. Algunos niños no requieren el barniz de flúor, el cual debe ser aplicado una vez pase el año.

Todo lo anterior va ligado a la buena alimentación y como es sabido, todo entra por la boca, lo bueno y lo malo. Los malos hábitos se reflejan en la dentadura, los excesos de dulces nunca serán recomendados y los alimentos ricos en calcio deben estar presentes en la dieta diaria así como las proteínas.


Fuente: Entorno Inteligente

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